Reciclaje Circular

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Ojo con el futuro: las necesidades de la economía circular

Desde 2020, parece haber habido retrocesos en las economías en el reciclaje de materiales, mientras el cartón continúa ganando terreno.

El Reciclaje Circular se vuelve necesario y casi obligatorio para la sostenibilidad.

Lo de la economía circular suena muy bien: diseños y procesos de producción, distribución y consumo que evitan generar polución y minimizan residuos, especialmente los peligrosos o no degradables. Pero no es una moda o ideología, sino una necesidad. Mientras que la economía lineal (extraer recursos naturales, procesarlos, usarlos y descartarlos) se puede ver también como una economía del despilfarro resultante del auge consumista de las últimas décadas. Inevitablemente estos dos tipos de economía existirán en paralelo, pero la cuestión es en qué proporciones lo harán. Si la circularidad de la economía no se incrementa rápidamente, la gestión de residuos –con sus implicaciones de polución tanto aérea como terrestre y marina– será un problema cada vez más acuciante y que transferiremos a las generaciones venideras.

Como indicador de circularidad sirve el porcentaje de materiales reciclados en el consumo final. En la Unión Europea durante los primeros 20 años de este siglo se duplicó la tasa de reciclaje, pero sin haber alcanzado un 15% de promedio –comparado con un promedio mundial del orden del 10%–, por lo que quedaba mucho camino por recorrer. Las estadísticas también apuntan a grandes diferencias de circularidad entre países, incluso dentro de la UE: Países Bajos, Francia e Italia están significativamente por encima del promedio; España y Austria, ligeramente por debajo, y en la cola, Portugal e Irlanda (que no llegan ni al 5%).

El progreso se había iniciado con programas de gobiernos locales para el reciclaje de papel y vidrio y se fue expandiendo a otros envases y embalajes, reflejando preferencias emergentes de los consumidores y concienciación de los efectos dañinos de los residuos plásticos. Pero desde el 2020, con la pandemia, hubo un cambio en las prioridades, higiene y distanciamiento volvieron a primar sobre sostenibilidad. Además, los confinamientos estimularon las compras por internet al atomizar la distribución entregando los pedidos a domicilio, incrementando así la demanda de embalajes. El efecto combinado ha sido un retroceso en el peso relativo de la economía circular.

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Helen Nean

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